Articulo de Otros Cuentos sobre La sabiduría de mis abuelos
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Todos sabemos que nuestros abuelos tienen muchos secretos. Es una forma de decirlo, pues realmente lo que tienen es mucha experiencia y la sabiduría que la vida les dio. Mi abuelo Miguel, era de los que decían: Si hacemos algo, habríamos de ser originales. Por ejemplo: Si era el aniversario de uno de sus nietos, él en sitio de adquirir un juguete, prefería hacer algo con sus manos; nos daba cartitas en forma de sobres o bien animales o bien aeroplanos. Hasta las envolturas y las cajas donde nos obsequiaba algo, las hacía él. A mi hermano le encantaba esos detalles.
O bien preparaba un dulce preferido y los decoraba a su gusto. Él afirmaba que ese era su toque personal y que a nosotros nunca se nos olvidarían esos instantes por ser tan original. Qué razón tenía mi abuelo Miguel. En ese instante no apreciaba lo que hacía, mas ahora sus pequeños y grandes ademanes los recuerdo mucho. Si jugábamos con él a las ocultas, siempre y en toda circunstancia nos hallaba. El abuelo decía: Mis nietos son muchos, mas si bien se oculten sé donde encontrarlos. Nos parecía increíble que a su edad lo hiciese, no se escapaba ninguno. Verdaderamente era un placer verlo jugar como un pequeño más con la sabiduría de un adulto, eso lo sé ahora que tengo exactamente la misma edad.
Mi abuela Rosa hacía magia en la cocina, afirmaba mi padre. Ella se las ingeniaba para hacer nuestros platos preferidos todavía con poco dinero. Si le preguntabas de qué forma lo hacía, respondía: Es que tengo mis secretos. Ahora sé, que jamás le faltaba ingredientes pues siempre y en todo momento ocultaba ciertos en el pastelero, para cuando los necesitara. Le encantaba hacer dulces; ahora lo sé por una de mis tías. Sus secretos tan fáciles y prácticamente mágicos dejaron de serlo y ahora toda la familia los recordamos con ternura. En todos y cada asamblea, los nietos recordamos la sabiduría de nuestros queridos abuelos ahora que ya no están.
