La desgracia del albañil resentido

Articulo de Fábulas Infantiles sobre La desgracia del albañil resentido

La desgracia del albañil resentido

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Hubo una vez, un obrero llamado Pablo. Él era bien conocido en su pueblo y era el mejor trabajador de don Juan, un triunfante empresario que era su jefe y además de esto conocido por ser realmente mas muy renegón y gritón. Muy frecuentemente trataba mal a Pablo y al resto de sus trabajadores mas absolutamente nadie le afirmaba nada pues le tenían temor. Pablo tenía trabajando treinta años como obrero de don Juan y ya se aproximaba el día de su jubilación. Pablo estaba contento pues al fin podría pasar más tiempo con su familia y al unísono podría hacer muuuchas cosas que ya antes no hubiese podido hacer por dedicarse al trabajo la mayoría de su tiempo.
Don Juan le afirmó a Pablo: “Se acerca el día en que ya no deberás trabajar para mí. Quisiese saber si estarías presto a hacer algo por mí; sería tu último trabajo. Mas como recientemente no me ha estado yendo bien en mis finanzas personales , quisiese saber si podrías hacer el trabajo sin yo tener que pagarte”.
Pablo no deseaba hacerlo pues no recibiría nada a cambio. Mas pensó: “Si no admito probablemente voy a recibir menos dinero de mi jubilación. Más me vale que admita si no es posible que tenga inconvenientes con mi dinero. Como es el último trabajo y don Juan no me pagará, no me esmeraré y lo voy a hacer lo más veloz posible. No se va a dar cuenta si algo sale mal”. Entonces Pablo admitió, tomó sus herramientas y se fue rapidísimo a comenzar su trabajo.
Se trataba de hacer una casa de mucho lujo. A Pablo le habían enseñado de pequeño a que si bien alguien no se portara bien con él, no debía portarse igual y debía tratar a tooodos de exactamente la misma manera en que quisiese que lo traten. Por este motivo Pablo no habría de estar resentido con su jefe y a la inversa debería hacer bien su trabajo.
Mas Pablo afirmaba mentalmente: “Va a vender una casa de mucho lujo, ¿y no me quiere abonar? Con todo este dinero me podría abonar veinte veces mi salario. Me da la sensación de que don Juan me está engañando”. Este pensamiento hacía que Pablo se olvide de lo que le habían enseñado de pequeño y por contra hacía que haga su trabajo cada vez peor. Pablo acabó en 1 mes lo que por norma general le retardaría tres meses.
Don Juan se alegró cuando Pablo acabó de edificar la casa de gran lujo y le dijo: “Pablo, deseo que sepas que este es mi regalo para ti. Has sido tan buen trabajador que te he regalado una casa de mucho lujo para ti y tu familia. Espero que me excuses por mi forma de ser y por no haberte tratado bien a lo largo de todos estos años.”

Pablo se sintió mal por el hecho de que todo el desastre que había efectuado, ahora era su nueva casa. Y asimismo se sintió mal por el hecho de que supo que su jefe realmente no era una mala persona como creía.
¿Te imaginas de qué manera se sintió Pablo cuando se enteró de que la casa que había hecho un desastre era para él mismo y su familia?
Primero: Este cuento enseña que si bien ciertas personas no sean buenas con nosotros, no hemos de ser iguales con ellos. A la inversa, debemos siempre y en todo momento tratar a el resto como quisiéramos que nos traten a nosotros. Si Pablo hubiera pensado de esta manera, entonces hubiese hecho bien la casa que le mandó su jefe y al final y su familia hubiesen tenido una bonita casa.
¿Piensas que este Cuento Enseña algo más? Deja tu comentario abajo con lo que opinas.