Articulo de Cuentos Infantiles con Moraleja sobre Las hojas y el viento
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Era un día de sol brillante, muy temprano aún para dar un camino matinal. De repente me detuve y pude sentir la risa alegre de unos pequeños que jugaban con sus cometas y competían entre sí a ver quien conseguía mayor altura. Reconocí a unos pequeños y me aproximé a ver lo que hacían, eran hijos de mi vecina y estaban solos, comentaban que su cometa era mejor y más bonita que la del otro y en menos de lo que se pensaba ya discutían por quien ganaría la competencia.
Raúl le afirmó a Toño: cuando cuente hasta tres, corremos hasta el momento en que las cometas tomen altura . Está bien Raúl mas hay que sostenerlas bien pues en ocasiones el viento sopla tan fuerte que las podemos perder afirmó Toño. Esa mañana el fuerte viento hizo que Raúl estrelle su cometa en la copa de un árbol y que Toño suelte la suya que se fue perdiendo por el horizonte. Se les quitó la sonrisa y la cólera los embargaba. Se me ocurrió asistirlos a bajar la cometa del árbol que parecía todavía rescatable, mas no se podía puesto que estaba muy enmarañado. Al desplazar las ramas el viento hice que del árbol cayesen muchas hojas y provocara una preciosa lluvia de colores lo que nos hizo olvidar las cometas y el mal instante.
Les mostré a esos pequeños que cuando uno desea puede gozar si bien solo fuera viendo volar las hojas con el viento. No acababa de charlar y corrían por doquier a ver quién podía recoger más hojas admirando como el viento soplaba sobre ellas. Indudablemente los pequeños tuvieron una enorme actitud.