Aprendiendo a tener iniciativa y ser acomedido

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Un conjunto de pequeños , se pasaban horas practicando con instrumentos en la cochera del papá de Alvaro. Todas y cada una de las tardes Alvaro tras estudiar descansaba tocando la guitarra. A su amigo Luis, le encantaba tocar la trompeta y ciertos de sus amigos tenían cualidades para el canto. De esta forma pasaron los años y un día cuando eran adolescentes decidieron formar una banda de música. Pronto sería el aniversario de bodas de los progenitores de Alvaro y deseaban hacer una enorme celebración. Con lo que decidieron contratar un conjunto musical a fin de que tocaran esa noche, mas el joven les dijo: “Papá, qué te semeja si mis amigos y tocamos esa noche. Lo vamos a hacer mejor que jamás por papá”.
El papá que no estaba tan seguro de lo que su hijo afirmaba, lo pensó una y otra vez, y cuando estuvo a puntito de contestar, oyó a su hijo decir: “Papá, por favor confía en mí, danos la ocasión y no te arrepentirás”, al escuchar esto el padre sonrió y dándole una palmada en el hombro le afirmó a su hijo: “Lo sé hijo mío, confío en ti y tus amigos. Sé que tocan realmente bien y llevas razón. Para tu madre y para mí va a ser un privilegio que seas quien toque la armonía que tanto nos agrada a tu madre y a mí”. Esa noche, llegaron amigos y familiares a la casa y todos se sentían orgullosos del talento musical que desarrolló Alvaro, merced a su empeño. Cuando estos jóvenes se hicieron mayores, formaron una escuela de música para pequeños descubriendo muchos talentos.