Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre Compartiendo dicha y tristeza
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Hubo una vez un sastre que tenía mal carácter, peleaba mucho con su esposa pese a que era una buena y pacífica persona. Este hombre jamás estaba contento con nada por pero que su esposa intentara ser afable, era muy desmesurado hasta el momento en que verdaderamente tuvo inconvenientes con las autoridades. Lo llevaron detenido y solo le daban pan y agua, cuando le dieron libertad fue con la condición que aprendiese a convivir con su esposa y de forma pacífica, debían compartir la dicha y la tristeza como hacen los esposos, le afirmaron las autoridades.
Paso el tiempo y semeja que este hombre no aprendió la lección puesto que había comenzado de nuevo con los litigios. Los vecinos de nuevo le prestaron socorro a su vecina, y cuando llevaron al esposo de nuevo a las autoridades, este entre sonrisas les dijo:
-Señores, hice lo que me afirmaron, compartí la dicha y la tristeza con mi esposa, solo la tomaba de los cabellos para peinarla, mas escapaba de mi. De ahí que debía lanzarle lo que hallaba a fin de que no se fuera abandonándome, allá es cuando me sentía dichoso si la alcanzaba y se ponía triste. Mas si no la alcanzaba, era hombre pero triste, allá era quien se sentía dichosa. Afirmó de este modo burlándose.
Los jueces enojados por su actitud, lo mandaron preso una vez pero, a pan y agua mas por bastante tiempo y a trabajar fuertemente.