Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre El árbol de navidad
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Hace un buen tiempo cuando Claudia era una pequeña, vivía con sus abuelos. Ellos tenían en el patio de su casa, hermosos y frondosos árboles en los que bellas aves hacían sus nidos, acompañándolos día tras día con hermosas armonías.
Claudia tenía su árbol preferido y adoraba despertar cada mañana con el canto de las aves, al correr las cortinas de su habitación podía ver los rayos del sol mediante los grandes árboles, viendo como el viento las balanceaba llevándolas de un lado a otro tal y como si danzaran al compás de los cantos de las aves del cielo, que da conmovida. Había uno especialmente, aquel pino, el pero bonito para ella, el que le daba sombra y refrescaba cobijándola cuando el sol ardía en su máximo esplendor.
Al retornar una mañana de jugar con sus amigos entro al patio a llevar algo de comestible a las palomas y un tanto de agua vio que el patio se veía diferente, extrañísimo, de repente tal y como si algo la despertase de forma brusca, reacciono y se dio cuenta que su árbol preferido había sido cortado. Claudia corrió a la cocina a buscar a la abuela María y deseó charlar mas no pudo, tenía un enorme nudo en la garganta que no la dejaba charlar, deseaba plañir y no podía hacerlo hasta el momento en que . . . al fin pudo decir:
-Abuela, ¿que hicieron con el árbol, era mi preferido, dime por el hecho de que, quien lo hizo? llorando desconsoladamente.
-Mi pequeña bonita no llores, todos los años todos debemos tener un árbol para navidad en casa, tenemos otros mas este era el indicado. Veraz que pronto lo veras tan bonito mas en casa, en la sala, le vamos a poner luces y ornamentos muy refulgentes y tu elegirás la decoración. Ya antes que la abuela terminara de charlar la pequeña se fue llorando a su dormitorio y se encerró con llave, nada la consolaba, estaba triste y enojada.
Pasaron los días y una mañana ya antes de desayunar el abuelo llamo a su nieta al patio, cuando vio el leño del árbol vio las primeras hojas que terminaban de nacer, con la esperanza de que un día volvería a tener su árbol preferido. De allá de ahora en adelante, la pequeña cambio de actitud y comenzó con alegría a participar de los arreglos navideños con gran entusiasmo, para la admiración de sus abuelos y demás familiares fue Claudia la más conmovida y quien aguardaba con mucho entusiasmo el día de la navidad.