La leyenda del arcoiris

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La leyenda del arcoiris

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Afirman que hace bastante tiempo, los colores peleaban entre sí, discutiendo por ver quien era el más esencial de todos. Cada uno de ellos de ellos era bello a su forma mas no ponían conforme. De esta manera, de uno en uno fueron dando sus razones para sobresalir ante el resto.
—No cabe duda de que el mejor acá soy —dijo el verde pomposamente—, soy el tono por antonomasia de la vida. Cuando la Tierra florece, estoy presenta en las plantas y en los árboles. Si no fuese por mí, los paisajes no serían hermosos y las criaturas morirían sin antídoto. Estoy en todas y cada una partes.
—Tú te olvidas del agua —le espetó el azul—, de los lagos y los océanos, de la lluvia. Sin mí, estarías fallecido, en tanto que el agua es la base de la vida. De ahí que que soy el color más esencial.
—No seas absurdo —le afirmó el amarillo—, todo lo que afirmas está realmente bien, ¿mas que sería del planeta sin el sol, al que represento? Sin su luz y calor no habría vida ni alegría. Hago sonreír a todos y cada uno de los que se cruzan conmigo.
—Todos han dicho cosas muy desganadas —dijo el rojo—. La vida carece de sentido sin pasión ni bravura, a los que simbolizo. ¡Soy el más esencial!
—No afirmes estupideces —dijo el naranja—, quizás no esté tan presente en la naturaleza, ni en el agua o bien el sol, mas soy energía a los seres vivos y pinto el cielo de forma preciosa a lo largo de cada atardecer. Algo que nunca va a poder hacer ninguno de .
—Si ese es tu razonamiento, el mío tiene mayor valía —dijo el añil—, soy el tono del crepúsculo, de la serenidad. La gente me precisa para meditar y conseguir reposo. Soy el más imprescindible de todos.
—Son todos tan ingenuos —habló el púrpura con majestuosidad—, ninguno se equipara conmigo, el tono de la realeza. He vestido a reyes y obispos, y nadie se atreve a cuestionar mi poder. De ahí que que , soy el color más esencial de todos.
De súbito, un blanco brillo anegó el cielo asustándolos. Era un relámpago, puesto que una fuerte tormenta se había liberado. Y en la mitad de aquel vendaval, escucharon charlar de súbito a la lluvia:
—Es inútil que traten de imponerse los unos sobre los otros, puesto que todos son igualmente esenciales —les afirmó ella—, ¿no ven que se precisan los unos a los otros? Dios los ha creado para cohabitar en armonía y es de esta manera como ha de ser.
Los colores se percataron de que llevaba razón. Dejaron de discutir y para sellar su coalición, una vez que hubo pasado la tormenta, se unieron para formar un hermoso arco en el cielo.
De ahí que que toda vez que llovizna, se puede observar un arcoíris. Es la prueba del equilibrio que existe en el planeta y la naturaleza, y asimismo de la promesa que se hicieron los tonos de no regresar a luchar.