Articulo de Leyendas Infantiles Cortas sobre Los loros disfrazados
Saber mas sobre Los loros disfrazados
Este cuento para pequeños está basado en una historia legendaria popular de Ecuador, que nos enseña la relevancia de la gratitud en la vida.
Cuentan que hace mucho tiempo, cayó sobre la Tierra un diluvio tan horrible que muchos pueblos quedaron sumergidos bajo el agua. Las personas, asustadísimas, corrían cara los lugares más altos tratando de subsistir. Entre ellos había un pequeño y una pequeña que lograron llegar hasta una mágica isla. Esta medraba conforme lo hacían las aguas, de tal modo que jamás llegaba a estar absolutamente cubierta.
Allá se refugiaron, en una gruta obscura, fría y seca, que estaba entre las montañas. Pronto se percataron de que no tenían nada para comer y si bien procuraron por todos lados, no hallaron ni un pobre pedazo de fruta para alimentarse.
Descorazonados, se abrazaron y se quedaron dormidos, aguardando que el diluvio pasase.
Por la mañana cuando despertaron, se hallaron con un apetecible banquete preparado frente a ellos. Frutas, maíz y carnes de todo género estaban preparados sobre grandes hojas verdes, que les servían como mantel. Los pequeños se pusieron a comer alegres, preguntándose quien les habría dejado todo aquello. La escena se repitió a lo largo de los próximos días y con esto, la curiosidad de los pequeños aumentaba.
Una noche, mientras que fingían dormir, se escondieron en un obscuro rincón de la gruta para descubrir quienes les llevaban todos aquellos comestibles. En eso vieron llegar a 2 papagayos de refulgentes colores, disfrazados como personas, que ponían comida en el suelo.
Los pequeños se dejaron ver entonces, burlándose de los animales por sus disfraces y señalándolos. Eso hizo enojar mucho a las aves, quienes indignadas, se llevaron con ellas todo cuanto habían traído.
Entonces los pequeños entendieron que habían cometido un grave fallo, no habían sabido dar las gracias las atenciones de aquellos animales que habían sido nobles con ellos. Arrepentidos, empezaron a chillar a fin de que regresaran, disculpándose a los 4 vientos.
Los papagayos volvieron cargados de comida y los nutrieron, los 4 se volvieron amigos. Mientras, en el exterior de la isla la tormenta empezaba a amainar. La lluvia se detuvo y las aguas bajaron, dejando al descubierto el resto de la Tierra de nuevo. Al ver esto, los pequeños desearon volver a las cabañas en las que vivían ya antes, de forma que bajaron de la gruta.
Ya antes de volver a casa, desearon llevarse a uno de los papagayos con ellos, puesto que se habían habituado a sus bellos colores y no deseaban perderlos por siempre.
Mas al salir de la isla, una bandada entera de papagayos fue tras ellos y tan pronto como abandonaron su tierra, todos se transformaron en humanos. Entonces decidieron ir todos juntos a la casa de los pequeños. Al llegar a las cabañas las hallaron solas, puesto que la gente había escapado o bien fallecido debido a las inundaciones. Transformados en una enorme y hermosa familia, arreglaron las casas y se quedaron a vivir en armonía.
Y todos y cada uno de los días, los pequeños daban las gracias por el hecho de que nada les faltaba en su nuevo hogar.