Articulo de Cuentos Infantiles con Moraleja sobre Luchito y las frutas
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Noé, era una persona de avanzada edad y no podía recoger solo toda la cosecha de fruta que tenía en el huerto. Le agradaba asistir a sus vecinos dándoles trabajo a cambio de comida o bien frutas. Precisaba una persona de confianza y pensó en Luchito, un pequeño nuevo que era amigo de otro pequeño llamado Pablito, el que estaba de vacaciones en casa de su abuela, conque no pudo contactarlo y debió ofrecerle trabajo a Luchito. Una mañana, muy temprano, Luchito pasaba cerca de la casa de Noé y al verlo, Noé lo llamó: Hola Luchito, ¿Puedes asistirme mañana? Estoy apurado por recoger la fruta ya antes que se malogre. Mira Luchito, acá está todo cuanto deberás recoger el día de mañana -le enseñó Noé al pequeño toda la fruta que estaba lista para ser recogida.
Si lo haces, prometo darte la mitad de todo cuanto recojas. Más o menos son cien kilogramos de frutas. Eso lo puedes vender y conseguir buen dinero. Además de esto si lo haces veloz te voy a dar trabajo todos y cada uno de los meses. Qué afirmas, ¿te animas?. Claro que sí vecino, es justo lo que necesito. Mis hermanos y precisamos comestible y no tenemos dinero, respondió Luchito.
Noé dijo: Entonces nos vemos mañana Luchito a la primera hora. Te voy a dejar la llave del sitio en donde está la cosecha a fin de que no pierdas tiempo en irme a buscar a mi casa (afirmó Noé con la pretensión de probar la sinceridad de su nuevo vecino). Luchito creyó que si recogía fruta para llevar a su casa aprovechando la noche, Noé no se daría cuenta y al día después tendría cincuenta kilogramos de fruta (la mitad de los cien kilogramos que afirmó Noé que había) más lo que hurtaría en la noche. Luchito decidió entonces hurtar fruta, pensando que en conjunto se llevaría sesenta kilogramos (diez kilogramos que hurtaría y cincuenta que le daría el anciano el día después). Después de todo el señor Noé semeja que tiene mucho dinero, conque no le afectará. Es solo una travesura más y los pequeños hacemos travesuras siempre y en todo momento, con lo que todo va a estar bien, pensaba Luchito justificando la maldad que haría. Y de este modo lo hizo el pequeño. Hurtó diez kilogramos de fruta una noche ya antes del día que Noé le afirmó que fuera.
Mas Noé era un hombre muy inteligente y era madrugador. Antes que el pequeño llegue para comenzar a recoger la fruta, se dio cuenta que faltaban diez kilogramos. Absolutamente nadie más que y Luchito sabían dónde se hallaba la cosecha. Además de esto la cerradura no fue forzada, con lo que el ladrón debía haber tenido una llave. Conque supo lo que había hecho el pequeño y entonces deseó darle una lección a Luchito.
Cuando Luchito volvió al sitio para recoger la cosecha se sorprendió al ver a Noé. Noé le dijo: ¿Recuerdas que afirmé que te llevarías la mitad de todo cuanto recogerías? Puesto que aprecié que faltan diez kilogramos, conque supongo que viniste muy temprano y que solo pudiste llevar diez kilogramos por el hecho de que te fatigaste veloz. Conque le afirmé a tu amigo Pablito (el que terminaba de llegar en la madrugada de la casa de su abuela) que venga para acabar el trabajo. Te llevaste diez kilogramos, con lo que te toca solo cinco (la mitad). Me debes cinco kilogramos de fruta.
Luchito se quedó mudo muy abochornado con lo que había hecho. Se dio media vuelta y se fue llorando pues había perdido el mejor trabajo de su vida.