Una gran lección para muchos niños

Articulo de Otros Cuentos sobre Una gran lección para muchos niños

Una gran lección para muchos niños

Saber mas sobre Una gran lección para muchos niños

Daniel era un pequeño, que desde los cuatro años de edad mostraba una inclinación natural al estudio y la responsabilidad . Le agradaba levantarse muy temprano para ir al instituto con sus hermanos mayores. En clases, Daniel era uno de los primeros pupilos en levantar la mano cuando su maestra hacía preguntas, lo que provocaba ciertos celos de sus compañeros que no se esmeraban por estudiar más. Una mañana la maestra Laura apreció que Daniel no salía a jugar como el resto pequeños en el momento de recreo y eso le pareció extraño. La maestra Laura dijo: Daniel, todos y cada uno de los pequeños salen a jugar y absolutamente nadie debe quedarse en el salón de clases, es esencial mudar de actividades a fin de que puedan rendir más en los estudios en las próximas horas.
Prácticamente renegando afirmó el pequeño estudioso: “Está bien profesora”. Al salir se quedó en una esquina mirando a los pequeños como jugaban unos a hacer carreras y otros jugando con la pelota. Nada le llamaba la atención. “¿Qué te sucede pequeño?, ¿no te agrada jugar?”, afirmó la directiva que pasaba por allá y que era su vecina asimismo. “No sé”, afirmó Daniel, solo deseo estudiar. Por la tarde la directiva del instituto ya antes de ir a su casa charló con la mamá del pequeño y le contó lo sucedido. Esa noche ya antes de dormir, la mamá se enteró que su hijo no jugaba con sus compañeros pues no lo dejaban estar en el grupo; lo ignoraban y maltrataban solo por ser realmente aplicado.
“Con razón”, afirmó la directiva cuando la mamá de Daniel se lo contó. Al día después, la maestra que estaba enterada de todo, hizo una asamblea en el salón de clases y les contó una historia que provocó una enorme reflexión en todos y cada uno de los pequeños. Al final, la maestra Laura dijo: “Y recuerden, no debemos hacerle a absolutamente nadie, lo que no deseamos que nos hagan a nosotros “. Entonces estas últimas palabras de la maestra hizo que los pequeños empezaran a sentirse mal por el hecho de que habían tratado a Daniel de una manera en la que no les agradaría a ellos ser tratados. De ahí que desde ese día tratan realmente bien a Daniel, como a ellos les agradaría ser tratados.