Una niña sabia

Articulo de Cuentos para Dormir sobre Una niña sabia

Una niña sabia

Saber mas sobre Una niña sabia

Sol era una pequeña de ocho años. Ella era muy feliz con su abuela Rosa que tanto la quería y todo lo hacía por ella desde el momento en que era muy chiquita. Ya antes de dormir, todas y cada una de las noches, Sol pensaba qué hacer para dar las gracias toda la bondad y cuidados que con mucho amor siempre y en todo momento recibía toda vez que se quedaba en la casa de la abuela Rosa. Sol vivía con sus progenitores y sus hermanos, mas su abuela vivía sola. Un domingo de mañana muy temprano, Sol fue corriendo a casa de la abuela y mientras que cocinaba, se aproximó poco a poco y mirándola fijamente preguntó: “Abuelita, dime qué más te agradaría tener”. Y la abuela suspirando se inclinó y le afirmó al oído: “Me encantaría ir a París. Allá nací y hace muchos años que no he vuelto por allá”. Sol quedó muy meditabunda tratando de localizar la solución, hasta el momento en que decidió unir el dinero que fuera preciso. Guardaba todas y cada una de las propinas que recibía ( de su aniversario, el que le daban ciertos familiares, etcétera). Cuando podía, trataba de asistir en algo a sus vecinos para de este modo tener pronto el dinero para los pasajes de la abuela. Mas pronto se percató de que sería realmente difícil tener todo el dinero que precisaba y esto la desalentó un tanto.
Mas un buen día, el padre de Sol llegó a la casa saltando de alegría diciendo que se había ganado la lotería y en su casa absolutamente nadie le podía pensar. Todos estaban felices en tanto que en ese instante les pasó muchas cosas por la cabeza. La mamá de Sol decía: “Yo me quiero adquirir muchos vestidos. Al fin voy a poder adquirirme muchas cosas”. El hermano mayor de Sol decía: “Yo me quiero adquirir el auto de mis sueños” y de este modo, todos afirmaban qué deseaban tener ahora que tenían mucho dinero . Después que se aliviaron el papá le afirmó a Sol: “Dime hijita, ¿qué más te agradaría tener?”. Sol respondió de forma rápida y dijo: “Papito, deseo obsequiarle a la abuela un pasaje a París. ¡Deseo que se sienta muy feliz!”. Su papá se sorprendió que Sol no haya pedido algo para ella sino más bien para su abuela, alguien que habían olvidado con tanta emoción que tuvieron. “Muy bien, entonces vamos a ir con ella a París”, afirmó el papá. Sol se puso contentísima y apenas su papá acabó de charlar, se fue de forma rápida a contarle la buena nueva a su abuela.