Articulo de Otros Cuentos sobre El cigarro y los niños
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Era por la noche y llovía. Las luces relucían como estrellas en el firmamento. La noche prometía ser larga. Karen y Carlos eran amigos desde la niñez y ahora eran adolescentes. Se hallaron tras cierto tiempo y acordaron ir a un sitio donde pudiesen charlar. Karen tosía a cada rato. Carlos, que tenía un tío que era médico, le afirmó preocupado que fuera a su consultorio y que le harían un chequeo para poder ver que estuviese bien de salud. Por la mañana siguiente Karen fue al consultorio y tras unos análisis, le diagnosticaron un inconveniente en los pulmones, que dichosamente con tratamiento se podía progresar.
Ella vivió entre personas que no estimaban que había pequeños en casa y fumaban, lo que afectó su salud sin caer en la cuenta. El médico afirmó a Karen: Muchacha, lo más probable es que te haya perjudicado el hecho de que en tu casa fumaban cuando eras pequeña. Tienes cáncer pulmonar . El doctor le contó que perdió a su padre por el vicio del cigarrillo y cuando era pequeño asimismo padeció las consecuencias de los fallos de su padre en tanto que al respirar aspiraba involuntariamente el humo tóxico del cigarrillo cuando fumaba. Asimismo le afirmó a la joven: Aprende a vivir y gozar cada detalle de la vida. Aprende de los fallos mas no vivas pensando en ellos, puesto que siempre y en todo momento acostumbran a ser un recuerdo amargo que te impiden proseguir adelante. Deja que la vida te sorprenda y no te anhelos por nada y recuerda, lo mejor siempre y en todo momento esta por venir. La vida es una enorme ocasión, disfrútala.