Articulo de Fábulas de Esopo sobre El labrador y las grullas
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Un campesino sembró maíz en uno de sus terrenos sin darse cuenta que las grullas se comerían el producto de su esmero. Trataba de ahuyentarlas con una de sus hondas agitándola de un lado a otro mas no le hacían caso y proseguían comiendo el maíz ignorándolo por completo. Un día, comenzó a unir ciertas piedras y utilizando su honda las disparó contra ellas matando muchas grullas.
Las grullas comprendieron que si proseguían en el campo morirían todas y cada una sin antídoto, entre ellas renegaban del sembrador y decían: ¡Nos marchamos mas pronto volveremos y allá vera! y como no deseaban fallecer, las pocas grullas que quedaban emigraron a otro sitio y de esta forma el sembrador pudo recobrar lo que quedaba y proseguir sembrando semillas.