El mejor regalo en Navidad

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El mejor regalo en Navidad

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Era una mañana de mucha nieve y gran movimiento, la gente andaba apurada y deseosa puesto que faltaban pocas horas para iniciar la noche buena. Los árboles navideños y los ornamentos relucían y alegraban la mayor parte de hogares por la parte interior y por fuera.
Era una tradición efectuar competencias entre los vecinos para quienes decoraran la casa pero preciosa con luces de refulgentes colores y muchos ornamentos navideños. No obstante había una casa, la pero pequeña de todos y se veía diferente. Unos pocos ornamentos y sin luces, era la casa de una pequeña pequeña que vivía sola con su abuela y debía vender dulces llegando de la escuela para tener algo de comida para las 2.
Esta pequeña se llamaba Marbella, era muy rubia de grandes ojos azules, con la carita sucia en ocasiones por el hecho de que no tenían ni para abonar el agua, en ocasiones juntaban agua desde el jardín de la vecina que muy compadecida se las obsequiaba. La una gran diferencia entre esta pequeña familia es que siempre y en todo momento sonreían, pese a sus faltas se mostraban muy felices, no se quejaban y se sentían tan agraciadas de tenerse la una a la otra, que se sentían muy agradecidas con la vida y con Dios.
La dulce y tierna Marbella a veces se preguntaba:
-Santo dios, ¿que voy a hacer si me falta mi abuela? ah, ya sé!! afirmó muy encantada pareciendo rememorar algo.
-Mi mamá me afirmó ya antes de ir al cielo que jamás voy a estar sola, por el hecho de que ella desde arriba va a estar muy pendiente de mi y de mi abuela, asimismo me afirmó que hay ángeles alrededor mío y de todas y cada una de las personas cuidando de nosotros. Me afirma en mis sueños que habla con Dios y le solicita que nos resguarde día a día, de ahí que no existe nada que temer. De ahí que ya no me preocuparé, puesto que confío en ella y siempre y en toda circunstancia siento que alguien esta conmigo, de ahí que no temo a nada.
Esa tarde, Marbella retornaba a casa corriendo y saltando de alegría, al lado de ella su mascota chester, un perro tan bonito que siempre y en todo momento jugaba y cuidaba de la pequeña, venía de vender sus gominolas, como muchos pequeños en el planeta. En casa ya, le afirmó a la abuela inclinándose a ella y tomándola de las manos, que en navidad tendrían poquísimo para la cena, que sus regalos de amor eran mismas por el hecho de que incluso estaban juntas, mas que el mejor regalo de navidad esa noche para las dos era estar sanas frente a la presencia de mamá desde el cielo.
Si te das cuenta, la Navidad y todo en la vida depende de tu actitud. Si deseas estar feliz, lo vas a estar si bien sea sin regalos o bien con poquísimo, pues la Navidad va pero allí de lo material, navidad es Jesús, amor y paz.