El sastrecillo valiente

Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre El sastrecillo valiente

El sastrecillo valiente

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Autor Original: Los Hermanos Grimm (mas se han hecho ciertas adaptaciones)
No fue solo un golpe de suerte, ni el simple destino lo que cambio la vida de este sastre, que va a ser el protagonista del cuento que vamos a contar. Y es que solo se trataba de un humilde y corriente sastre, que se ganaba la vida entre arreglos y elabores, cosiendo y remendando en sus tareas.
Una mañana se le antojo para desayunar una torrada con mermelada, y mientras que trabajaba en el taller su capricho atrajo a unas golosas moscas, que se aproximaron a oler la sustanciosa torrada. El sastre, al percatarse trato de ahuyentarlas, mas retornaron y nuevamente, lo procuró, sin localizar resultado; y ya, fatigado, se sacó un pañuelo y se lio con las dichosas moscas, y de esta manera, a lo imbécil, logró apresar 7 de un solo movimiento; se quedo fascinado, tanto fue que se puso a vocearlo por la ventana, e inclusive decidió bordarse su gran proeza en un cinturón diciendo así: ¡7 de un golpe! Muy orgulloso de su nueva habilidad, cerró el taller y se echo a caminar, decidido en hacerse conocer, y hacer saber a todos de su gran habilidad.
En su marcha se halló un gigante, quien, al ver el distintivo “siete de un golpe” en su cinturón creyó que el sastrecillo había derrotado a 7 hombres de una, y por este motivo le mostró sus respetos, mas no segurísimo de su fortaleza, le desafió con una serie de pruebas de fuerza, de las que, con ingenio y lucidez, el sastre superó todas y cada una venciendo al gigante.
Y de esta manera progresivo su camino, y pasó por un pueblo donde sus habitantes estaban horrorizados por los continuos ataques de 2 desalmados gigantes. Llegó hasta los oídos del rey que estaba en el pueblo el conocidos sastrecillo, y velozmente fue a proponerle liberar a la población de esos malditos abusones, le ofreció a cambio la mitad del condado y la mano de la princesa, pensado, el rey, que no sería capaz de derrotarlos, y claro, el sastre no dudo ni un momento, y corrió hacía la cueva donde estaban los gigantes. Una vez allá los vio durmiendo reposadamente, y aprovechó la ocasión para tirarles piedras, se echaron la culpa mutuamente puesto que no habían visto al sastre que estaba oculto, y acabaron peleándose entre ellos. No contento, el rey le encargó otra misión, deshacerse de un unicornio que vivía en el bosque, y para esto engaño al animal, el que envistió contra un árbol y se quedo allá atrapado. Siendo poco para su majestad una labor más se le fue encomendada, capturar al dichoso cerdo salvaje que destruía los cultivos; el sastre logró encerrarle en una capilla.

Con sus proezas dejó más que sorprendida a la gente, puesto que pese a su pequeño tamaño y delgada figura había logrado machacar a semejantes fieras, y no fue una tarea de fuerza o bien osadía, el sastre confió ante todo en su potencial, poniendo en práctica su argucia y también inteligencia en casa situación. El rey no tuvo más antídoto que cederle lo prometido, y ese día se festejó la boda.