La zorra y la pantera

Articulo de Fábulas de Esopo sobre La zorra y la pantera

La zorra y la pantera

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Erara una vez una pantera muy bella, que agradaba de caminar alardeando su belleza en frente de todos y cada uno de los animales. Y la admiraban sorprendidos puesto que verdaderamente era realmente bonita. Con su silueta fina y muy elegante como la de un gato, sus ojos refulgentes y su pelo negro como el ébano, que relumbraba incluso más cuando el sol la alumbraba en los días de primavera.
Por si acaso esto fuera poco, asimismo era sigilosa y muy diligente cazando. Se dio cuenta puesto que, del grado de admiración que despertaba en las otras criaturas y esto la engrió mucho.
Ya no había día en el que no alardeara sus atractivos y menospreciara a los otros, por creerse la dueña del sitio. Y al caer en la cuenta de esto, muchos animales asimismo empezaron a abominarla, puesto que no había solamente feo que la carencia de modestia.
—Es muy bella por fuera, mas dentro es la criatura más terrible que haya conocido —decían de manera frecuente quienes mejor la conocían.
Y a la pantera no le importaba, puesto que pensaba que solo estaban recelosos de su belleza.
Un día, se halló en el camino con una zorra que paseaba reposadamente. Cuando la saludó, la pantera solo levantó la cabeza con desdén, mirándola tal y como si fuera menos. ¿De qué forma se atrevía esa zorra intrascendente a charlar con ella? La sola idea la ponía de malas.
—No me dirijas la palabra —le dijo—, ¿qué no ves que no somos iguales? Tú solo eres una zorra común y corriente. En cambio , soy el más precioso animal que haya existido en la historia de la creación. Mira que bonita soy.
—Yo asimismo soy bonita —replicó la zorra—, tengo un pelaje de fuego y un pecho blanco como la nieve.
—Sí —dijo la pantera exasperada—, mas eso no se equipara conmigo. Yo soy la más preciosa de todo este sitio.
—Puede que eso sea cierto —dijo la zorra—, mas algún debes avejentar y toda esa belleza se va a haber ido, dejándote con lo que eres por la parte interior, una pantera atroz y sin amigos, con la que absolutamente nadie desea estar. Prefiero ser común y corriente por fuera, y preservar la belleza de mi espíritu, que finalizar sola como .
Y con esto, la zorra se fue dejando a la pantera perpleja, puesto que era verdad lo que había dicho. Absolutamente nadie deseaba estar con ella, ni tan siquiera los animales que la adulaban, puesto que solo se aproximaban cuando precisaban un favor. No se había dado cuenta de lo sola que estaba.
Desde ese día, la pantera se esmeró por mudar y empezó a tratar a los animales con más gentileza. Ya no le importaba su apariencia, puesto que esa cualquier día cedería a los embates de la vetustez.
En cambio su corazón, proseguiría siendo joven y bello.
Moraleja: No te engrías con tu exterior, puesto que cualquier día tu belleza se mustiará y solo te vas a quedar con lo de adentro. Es esencial cultivar la belleza del espíritu y las buenas pretensiones, puesto que solo con ellas nos vamos a ir de este planeta.