Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre Mi última Navidad
Saber mas sobre Mi última Navidad
Era de mañana un día frío y lluvioso, Camila había sido diagnosticada con una enfermedad de largo tratamiento y costoso. Sería una posibilidad que con una cirugía quizá pudiesen detener el inconveniente, no obstante esta péqueña de nueve años, de sonrisa extensa, de ojos verdes y grandes, aprendió desde muy pequeña a confiar y a solicitarle a Dios hasta lo imposible a los ojos humanos.
Se aproximaba la navidad y ella a diferencia de muchos pequeños les afirmó a sus padres:
Papá y mamá, no deseo nada pero que estar con y solicitar mi rápida restauración, por favor no deseo juguetes, solo solicito que recen por mi. Sorprendidos los progenitores por la fe de su hija, se tomaron de la mano y también hicieron juntos una oración.
Al día después, Cami, como le afirmaban sus progenitores de cariño, dormía plácidamente tal y como si no tuviese nada malo en su cuerpo, se respiraba paz en su semblante. No obstante al acercarse el médico que la iba a operar les afirmó a los progenitores, que la pequeña precisa verdaderamente un milagro. Llego el instante de la operación, las horas se hacían eternas para todos, Benjamín, el hermano menor les afirmó a sus padres:
-Ayer por la noche tuve un sueño, Cami le mandó una carta a Dios y en ella le afirmaba que por navidad deseaba estar con El, por el hecho de que padecía mucho, solo que aguantaba el dolor a fin de que sus progenitores no la viesen plañir, mas deseaba que sus progenitores y su hermano no estuviesen tristes. Mamá Dios le afirmó que si deseaba eso la agradaría, que era una pequeña buenísima y considerada y precisaba ángeles como ella en el cielo, y que esta navidad deseaba obsequiarle reposo a fin de que no padezca pero y que por Navidad estarían juntos. Es pero, mamá, tu vas a tener una pequeña muy semejante a Cami,
Ciertamente, el corazón de Camila dejo de palpitar en la cirugía, mas la diferencia fue que sus progenitores y Benjamín, al percibir la nueva más que tristes estaban pero sosegados al entender que su pequeña ya no padecía pero, si bien la iban a extrañar les quedaría el consuelo de esa bebé que estaban seguros pronto vendría a su hogar a quien llamarían de igual manera Camila, su regalo de Navidad.