Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre Piel de oso
Saber mas sobre Piel de oso
Hubo una vez un joven muy valiente a lo largo de un tiempo de guerra. Cuando al fin llego el tiempo de paz, sus superiores lo dieron de baja, como ya no tenía un hogar fue a solicitar hospitalidad a sus hermanos quienes le dieron la espalda y se negaron a recibirlo, puesto que creyeron que no les sería nada útil.
El soldado al verse solo con su rifle, se sentó bajo la sombra de un árbol a pensar y también imaginarse los días de apetito que le estaban por venir. Al rato ve en frente de el un hombre con el pie partido quien lo miraba fijamente y le dijo:
-Sé realmente bien lo que precisas, mas para no invertir en ti ineficazmente, he de saber si no tienes temor.
-Eso no va conmigo y te lo probaré, respondió el valiente soldado.
-Será mejor que lo pruebes ahora, debes ver lo que va tras ti
Cuando el soldado volteo, se halló con un enorme oso dirigiéndose a el, a quien sin dudar le disparo y lo mato. El hombre del abrigo verde elogio al soldado por su habilidad y valor. Incluso de esta forma le afirmó que sería preciso que pasase por otra prueba y esta sería, no bañarse, ni cortarse el pelo, la barba ni las uñas. El soldado sospechando que era el demonio quien le charlaba, decidió una vez pero correr el peligro y admito ya antes de arrepentirse.
Solo debía ponerse el sobretodo verde del demonio y utilizar la capa hecha de piel de oso y jamás quitárselo ni para dormir a lo largo de siete años, si moría pertenecería al demonio, si se sostenía vivo por todo ese tiempo sostendría su libertad, tras todo lo recomendado, el demonio despareció. El demonio le afirmó que jamás le faltaría dinero si lo procuraba en el bolsillo del abrigo, y como de esta forma fue, este se dedico a viajar por el planeta.
En el camino se halló con un hombre que lloraba y pasaba mucha necesidad, por asistirlo con mucha esplendidez, el pobre hombre le ofreció una de sus hijas pese a su desapacible apariencia, a raíz de su descuidado aspecto. De las 3 hijas, las 2 primeras se ahuyentaron, mas la tercera pensó:
-Si este hombre fue capaz de asistir con tanta esplendidez a mi padre y sin conocerlo, debe ser un buen hombre. Yo si me casaría con el.
De esta manera quedaron ya antes de partir que el sastre debía proseguir su camino por tres años y que un día volvería por la menor de las hijas con quien quedo comprometido, le entrego a la joven novia la mitad de un anillo mientras que el preservaría la otra parte en señal de su promesa.
La joven vestida de negro todo el tiempo aguardaba el ansiado instante extrañando a su novio, hasta el momento en que un día apareció un apuesto joven en su casa preguntando al padre si daba en casamiento a una de sus hijas. Las mayores se conmovieron y entraron corriendo a sus habitaciones a maquillarse y ponerse sus mejores vestidos. Cuando la joven novia quedo sola con el apuesto joven, este le hizo ver la otra mitad del anillo y le afirmó que había vuelto a su normal apariencia para cumplir con su promesa y casarse con ella.
Y de este modo fueron muy felices, consiguiendo con el tiempo la aceptación del matrimonio por la parte de las hermanas.