Articulo de Otros Cuentos sobre La alegría cura las enfermedades
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En una clínica para pequeños , múltiples de los pequeños que estaban allá, estaban enfermísimos. Ciertos quemados y otros por algún otro accidente . Las enfermeras eran buenas con ellos, singularmente aquellas que eran madres. Tenían tanta compasión que se organizaron con ciertas voluntarias para hacerles la vida más alegre a estas criaturas. La enfermera Ana, toda vez que le tocaba atender a un pequeño, llevaba globos y una varita. A los pequeños les afirmaba que la varita era mágica. Les aseguraba que esa era la varita de la dicha y que con ella pronto se curarían. Los pequeños la querían mucho pues ya antes de darles su medicina o bien ponerles una inyección, los hacía reír y les cantaba. De esta manera Ana se ganó la confianza de los pequeños de ahí que creían todo cuanto les afirmaba.
La condición para darles un globo , era ver la mejor sonrisa a lo que absolutamente nadie se negaba pese a los malestares que tenían. Al poco tiempo los médicos se sorprendían de la mejora en la salud de los pequeños . Cuando se enteraron de la manera de tratarlos por la parte de Ana, no solo recibió las felicidades de sus compañeros de la clínica, asimismo recibió el cariño y la gratitud de los familiares de los pequeños pacientes. En el momento en que un doctor le preguntó a Ana la razón de su especial forma de trabajar, respondió: Doctor, no hay mayor satisfacción que ver la sonrisa de un pequeño. Mi trabajo asimismo es sacrificado, y me duele mucho verlos padecer. Haciendo lo que hago, mi vida es más ligera y puedo dormir apacible a sabiendas de que hago lo mejor que puedo para servir a estos pequeños. He comprobado que la alegría ayuda a aliviar el dolor y ayuda en la restauración de los pacientes. El doctor sorprendido, le solicitó a la enfermera que enseñara su procedimiento en toda la clínica.