A mal tiempo, buena cara

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Nico, era un padre joven al que despidieron de su trabajo, como a bastantes personas. Absolutamente nadie espera que esto pase mas es una realidad en nuestros días. Nico debía sostener a 3 pequeños y a su esposa que solo se dedicaba al hogar por tener hijos pequeños. Julia, la esposa de Nico, tuvo uno de los pequeños con inconvenientes de asma y fiebre, lo que preocupaba considerablemente más a la familia. Debían meditar pronto en hacer dinero y se les ocurrió preparar unas exquisitas hamburguesas de carne a fin de que su esposo las venda en un mercado donde pasaba bastante gente. Ellos sabían que allá habían negocios de comida y que podrían conseguir dinero para el alimento. No podían opinar al final del día, que ganaron más dinero que en el trabajo precedente de Nico. Fue un éxito, mas los esposos eran siendo conscientes de que esto era solo el inicio y trabajaron considerablemente más todavía. Adquirieron las medicinas para el bebé y lo que quedó lo invirtieron en adquirir galletas.
Nico deseaba tener más cosas qué vender y de esta forma poquito a poco fue comprando caramelos y chocolates. Él era muy afable y gracioso; creo que vendía más por su trato que pues la gente deseaba los dulces. Nico y Julia entendieron que las cosas no suceden por casualidad. En ocasiones los cambios suceden para percatarnos de que m?s allí de lo que vemos nos espera una mejor ocasión, como sucedió con ellos. El detalle está, en tomar las cosas con calma. Sabían que 2 personas pueden solventar mejor las cosas. Pasaron unas semanas y adquirieron un carro para vender sándwichs. En poquitos meses ya tenían un sitio donde vendían comida por las mañanas y por las tardes hamburguesas. Medró tanto el negocio que Julia debió contratar una niñera y una chef por el hecho de que solos ya no podían con la demanda del negocio que medraba sin parar. No hay duda que esta pareja de esposos, convirtieron una experiencia triste en una enorme ocasión de éxito para sus vidas.