El tigre y el ratón

Articulo de Cuentos Clásicos para Niños sobre El tigre y el ratón

El tigre y el ratón

Saber mas sobre El tigre y el ratón

Un tigre perseguía con velocidad a un indefenso mono , que agobiado y fatigado de tanto correr solicitó ayuda a un ratón que era su amigo y pasaba por allá. El ratón atemorizado suplicó al tigre que le perdonara la vida a su amigo, el mono. Mas el orgulloso tigre ignorando al ratón, delante de él devoró al pobre mono que nada pudo hacer para salvarse. Entonces el ratón le afirmó al tigre: “Te comiste a mi amigo, sin reparo alguno. No te importó que te rogara por su vida”.
El tigre respondió: “A mí no me importa lo que afirmes. Acá solo se hace lo que digo . Además de esto deberías dar las gracias que no te como a ti asimismo. No te voy a comer, solo por el hecho de que hace poco comí una vaca y tuve a tu amigo como postre, con lo que estoy satisfecho. Solo pues no tengo apetito te salvas.”
El ratón le dijo: “Al comerte a mi amigo, haz firmado un acta de guerra conmigo. Aprenderás que no existe oponente pequeño”. El tigre, con soberbia, le dio la espalda al ratón y se fue cantando. Al día después, el tigre estaba avizorando a una gacela, mientras que esta tomaba agua. El tigre deseó arrojarse sobre ella, mas justo en el instante, sintió un dolor inaguantable en una de sus patas. “¡Auuu!”, chilló. “¿De donde salió esta trampa de osos?”. De repente escuchó una vocecita: “¿Te dolió?”. Era el ratón.
“Te disculpé la vida una vez, mas ahora gozaré mientras que te como igual que a tu amigo”, respondió el tigre. El tigre se safó de la trampa y comenzó a correr a su pequeño nuevo contrincante. Mas el ratón era muy veloz y el tigre lo perdió de vista. Al día después el tigre no fue víctima de una trampa de osos mas ahora padeció el fuerte golpe de un leño, en su cabeza. Esta vez el “¡Auuu!” del tigre fue más intenso.
El tigre procuró perseguir al ratón mas no pudo por el hecho de que estaba mareado por el golpe. Al día después y todos los otros, el tigre recibía un castigo por la parte del pequeño ratón. Un día ya no pudo aguantarlo y le solicitó excusas al ratón. “¡Por favor, perdóname!, ¡Con lo que más desees, ya no me golpees todos y cada uno de los días!”.
El ratón respondió: “Ya te olvidaste que no te importó en el momento en que te supliqué que no te comas a mi amigo, el mono. ¿Recuerdas lo que hiciste ese día? ¿Recuerdas lo que afirmaste?”
“Sí mas por favor perdóname, a partir de ahora no voy a ser exactamente el mismo tigre de antes”, afirmó el tigre. “Te he enseñado que no existe oponente pequeño. Mas asimismo te voy a enseñar que es bueno disculpar y ser benevolente. De este modo que ya no te incordiaré más”, afirmó el ratón. Desde ese día el tigre no fue exactamente el mismo de siempre y en toda circunstancia y ahora es un tigre bueno