El asno, la zorra y el león

Articulo de Fábulas de Esopo sobre El asno, la zorra y el león

El asno, la zorra y el león

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Una vez habían 2 amigos: un aso y una zorra. Los 2 se conocían desde pequeñísimos e inclusive fueron al instituto juntos. Un día cuando los dos se dirigían a buscar comida para sus familias, de forma casual se hallaron con un león. El león comenzó a perseguirles. mas los dos eran taimados y se apartaron a fin de que el león no pueda proseguirles al tiempo.
En escaso tiempo el león se confundió y no pudo proseguirse la prosecución. Entonces los 2 amigos se alegraron y supieron que juntos podían vencerlo.
Mas un día, el asno se enfermó y no pudo salir a buscar comida. Conque la zorra salió sola y mientras que procuraba y procuraba, adivinen a quién halló ….. ¡al león!
El león la miraba tal y como si estuviera viendo un jugoso filete. La zorra veía de qué forma se le caía la saliva al león del apetito que tenía.
-Tengo tanta apetito que pareciera que no he comido a lo largo de una semana -afirmaba el león.
-¿Una semana? -afirmó la zorra.
-Sí. Podría comerme un asno entero -el león respondió con una mirada más malvada que ya antes.
-Tal vez puedo asistirte a aliviar tu hambre. Te aseguro que quedarías más satisfecho que si me comieses a mi. -procuraba negociar la zorra.
-Di lo que piensas y apúrate o bien te como.
-Puedo traer al asno que viste el pasado día conmigo. De esta forma podrías aliviar tu gran apetito y quedarías considerablemente más satisfecho. Mas hay una condición. No debes procurar comerme ni a mí ni a los otros zorros.
-Trato hecho -afirmó el león con una pequeña sonrisa y una enorme malicia.
Al día después que el asno salió con la zorra, como siempre; la zorra le afirmó al asno:
-Ven, vamos por este camino que descubrí el día de ayer. Es más seguro y más veloz. Además de esto vi muchos árboles de plátanos y mangos. Probablemente podrías llevar más comida para tu familia.
Entonces el bonito camino que comenzaba con muchos árboles se transformó en escaso tiempo en una gruta que cada vez se hacía cada vez más y más obscura.
-¿Estás segura que conoces bien este camino? – afirmó el asno.
-Claro, confía en mí. Solo que no recuerdo en dónde se encuentra la salida. Quédate un instante aquí mientras que me escabullo entre las rocas por los orificios para llegar más veloz al salir y orientarme mejor. Entonces volveré por ti. Confía en mí -respondió la zorra mientras que procuraba la única salida de la gruta en donde estaría el león aguardando la señal para devorar al asno.
Mas el asno estaba atemorizado y decidió retornar por exactamente el mismo camino. Entonces sencillamente dio media vuelta y se fue de regreso a su casa.
La zorra que estaba con el león al otro extremo de la gruta, dijo:
-Bueno, cumplí con mi trato. Ahora recuerda tu promesa y no vuelvas a incordiarme o bien si no, les afirmaré a todos que no tienes palabra y no se puede confiar en ti.
-Te crees muy inteligente mas solo eras una traidora. Ahora que el asno está asegurado para mí en la gruta, nada impide que seas mi piscolabis.
Y ¡zás!, de un zarpazo cogió a la zorra y la devoró. Cuando entró por el asno a la gruta, no lo halló.