Estrellas en Navidad.

Articulo de Cuentos Infantiles de Navidad sobre Estrellas en Navidad.

Estrellas en Navidad.

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La profesora Mary trabajaba en la escuela primaria de su localidad en una urbe de Centro América. Los pequeños le tenían mucho cariño y respeto por su afabilidad y gran interés por ellos, no era una profesora cualquiera puesto que era infatigable y atenta a cada uno de ellos de los pequeños.
La profesora iba a dictar clases en el sala mas se dio cuenta que Toño, uno de sus pero refulgentes y también inquietos pequeños, estaba acostado sobre su carpetita. Sorprendida se acerco al pequeño, acaricio suavemente sus pelos y se quedo observándolo atentamente mientras que se iba inclinaba sin decir palabra para verlo mejor.
Toño despertó, y al ver a su profesora sonrió y la abrazo con fuerza, la profesora Mary por alguna razón que en ese instante no comprendió quedo de manera profunda conmovida por ese abrazo que pareció apuntarle entonces, que el pequeño precisaba mucho cariño y al unísono daba mucho amor. Ella lo tomo de la mano y le dijo:
-Toño, ¿deseas sentarte en mi escritorio? tengo una manzana muy grande y un dulce para ti, puedes hacer allá la labor si deseas.
-Siiii deseo profesora, afirmó muy entusiasta Toño abrió tanto los ojos que semeja que se le quito el sueño y se levanto de un salto.
A la hora del recreo, el pequeño le contó a su profesora que se sentía cansadísimo por el hecho de que saliendo de la escuela debía vender gominolas, su mamá estaba enfermísima y su papá debió irse lejísimos a trabajar para ellos. Su abuela apenas paseaba, si bien con el dinero que Toño ganaba por las tardes adquiría ciertas cosas de comer y le cocinaba. En ocasiones retardaban en pagarle a papá y debían comer todos y cada uno de los días.
De ahí que que el pequeño se quedaba dormido, olvidaba desayunar o bien sencillamente quedaba agotado por la jornada laboral a su corta edad.
-¿Alguien te afirmó que trabajaras Toño? pregunto la profesora.
-No profesora, absolutamente nadie sabe que lo hago, solo mi abuela. Ella me guarda el secreto, es preciso que asista y a mi me agrada hacerlo. Afirmó el pequeño bostezando y sonriendo al unísono.
-Eh, bueno Toño, falta poco para Navidad y creo que vas a tener una enorme sorpresa por ser un pequeño tan noble y bueno.
Abrazando al pequeño, le dio un beso y lo acompaño a su casa al salir del instituto.
Días ya antes de la Navidad la escuela premió al pequeño, le obsequiaron una bici, una beca de estudios para el año próximo y recibió regalos de sus compañeros de sala que estaban felices de ser sus amigos.
En Navidad, en la casa de Toño tuvieron un árbol muy grande, lleno de luces de muchos colores y ornamentos realmente bonitos, y el pequeño dijo:
-Esta Navidad nunca la olvidare, las luces semejan estrellas en mi árbol y la pero grande se semejan a mi profesora y a mamá que ahora descansa ya en el cielo.