La Llorona

Articulo de Cuentos de Terror para Niños sobre La Llorona

La Llorona

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Una historia de leyenda de terror tradicional mexicana, que nos cuenta las desdichas de una mujer famosa como “La Llorona”, quien por generaciones ha sido una de las apariciones más temidas de México.
Afirman que a lo largo de la temporada colonial, habitaba cerca del lago de Xochimilco una bella mujer indígena, que se había enamorado de un hombre de buena situación, venido de España. Él, aprovechando sus galanterías, la había conquistado con falsas promesas, asegurándole que se casaría con ella y que un día la llevaría a conocer su país.
De este modo, la pobre se dejó embaucar y tuvieron 2 pequeños muy bellos, mestizos y tan guapos como el padre. El tiempo pasaba y cada vez se sentía más agobiada, puesto que la boda prometida no llegaba y los suyos ya la veían mal por tener una familia sin contar con del sacramento del matrimonio.
Mas a sus súplicas, la contestación siempre y en todo momento era la misma:
—Mi pronto amada mía, prontísimo nos casaremos. Ten paciencia.
Un día, las campanas de la iglesia más próxima se hicieron percibir con gran alboroto. Alguien se estaba casando en la capilla y por lo alto. Curiosos, muchos indígenas y mestizos se aproximaron a ver de lejos, puesto que les estaba prohibido entremezclarse con gente de gran prosapia. Nuestra protagonista fue uno de ellos.
Grande fue su sorpresa al ver quien se casaba era el padre de sus hijos, vestido en un muy elegante traje de temporada y llevando del brazo a una señorita muy guapa, de la mejor clase y proveniente de España, a donde se dirigirían una vez concluida la liturgia.
La pobre chavala pensó que se volvía ida de dolor. Tantas promesas sin cumplir en balde. Y ella con 2 hijos que incluso dependían de sus cuidados, ¿qué iba a hacer para nutrirlos?
Llena de cólera y desesperación, corrió a casa y tomó a sus hijos con el pretexto de bañarlos. Entonces, se dirigió al lago de Xochimilco y allá mismo los ahogó, hasta el momento en que sus cuerpos inertes quedaron flotando sobre el agua y , rota de dolor, se arrepentía de lo que había hecho. La corriente arrastró sus cuerpecitos hasta distanciarlos de su madre, quien aterrorizada, se puso a vocear a fin de que alguien salvara a sus hijos.
Muchos lugareños salieron procurando lograr a los pequeños, mas era demasiado tarde. No quedaba ni indicio de ellos en las aguas.
Todos pensaron que habían fallecido a raíz de las aguas traicioneras.
Desde ese entonces, se comenzó a percibir por las noches un largo y lúgubre lamento:
—¡Uy, mis hijoooooooos!
Era La Quejica, que penaba al lado del lago por haberle arrebatado la vida a sus pequeños. De día, absolutamente nadie la volvió a ver, mas apenas se ponía el sol el viento arrastraba sus palabras, provocando que la gente se encerrase a cal y canto en sus casas.
Y esto se prosiguió repitiendo durante muchas generaciones, hasta el momento en que La Quejica se convirtió en historia legendaria.
El tiempo pasó y la urbe fue medrando. Mas afirman que todavía en la actualidad, prosigue deambulando sin hallar reposo.