La niña que se volvió mala

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La niña que se volvió mala

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Esta es la historia de Rose, una pequeña muy guapa y bonita a la que todo el planeta adoraba. Era muy servicial y siempre y en todo momento asistía a sus progenitores y amigos, tenía 3 perros a los que daba mucho cariño y una pequeña ardilla que siempre y en todo momento iba con ella. Mas una mañana al despertarse sintió algo extraño dentro de ella. Un hechicero que tenía envidia de todo el amor que el pueblo sentía por ella le lanzó un hechizo que la transformó en una pequeña criticona y atroz con el resto.
De repente Rose comenzó a tratar mal a sus queridos perros, olvidaba dar de comer a su ardilla, no asistía en casa y también insultaba a sus progenitores y compañeros. Conforme el tiempo iba pasando Rose era cada vez más mala , hasta el momento en que un día sus progenitores solicitaron ayuda a un sabio viejito que siempre y en todo momento daba buenísimos consejos. El sabio les afirmó que debían dejar de escucharla si deseaban que dejara de portarse mal , que si lograban ignorar a su hija a lo largo de un tiempo, se percataría de que sus insultos y su terrible comportamiento eran inútiles por el hecho de que ya a absolutamente nadie le importaban.
Con lo que sus progenitores, muy entristecidos con la nueva, decidieron hacer caso al sabio. A lo largo de los primeros días los chillidos de Rose eran tan grandes que llegaron a tumbar la casa (si bien merced a su seguro para hogar pudieron regresar a edificarla). Pasadas unas semanas, la pequeña comenzaba a sentirse sola. Ni sus animales, ni sus progenitores, ni sus amigos deseaban estar con ella. Se había transformado en una persona muy desapacible. Con lo que al ver que su vida había alterado, decidió hacer un enorme esmero para ser de nuevo la buena persona que era y… LO CONSIGUIÓ. Con gran dedicación consiguió romper el hechizo que la forzaba a ser tan atroz con el resto, y comenzó a enseñar su mejor cara. Poquito a poco la gente volvió a recuperar la confianza en ella y pudo regresar a sentirse querida por el pueblo. El hechicero entonces hizo nuevamente el hechizo y se dio cuenta que no pudo influir más en ella. De esta manera el hechicero se dio por vencido y se fue a otro pueblo a ver si podía hacerle lo mismo a otra pequeña.