Pepe, un cachorro muy orgulloso

Articulo de Cuentos Infantiles con Moraleja sobre Pepe, un cachorro muy orgulloso

Pepe, un cachorro muy orgulloso

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Era verano en un pequeño pueblo llamado Blue -sí, como azul en inglés-. Ahí, en una casa de madera de la calle Capricornio vivía al lado de sus dueños un bonito perro pastor alemán de pura raza.
Pepe era un cachorro joven mas bien grande , de pelo largo y revoltoso de color cobrizo con máculas negras, los ojos eran como su pelo ¡y al darle el sol se le ponían más bonitos todavía!, su boca era grande y sus colmillos perfectos (daba la sensación de que los tenía de porcelana…) Mas no todo en él era tan precioso… en ocasiones tenía las uñas sucias por jugar en la tierra. Pepe era asimismo un perro muy orgulloso …
Como era verano, en Blue hacía mucho sol y mucha calor, tanta que daba la sensación de que la carretera se estuviera fundiendo tal y como si de una tableta de chocolate en pleno desierto se tratara. Si había una cosa que Pepe odiara era salir a caminar con tanto sol.
Era un tanto vago… le agradaba meterse en su casa de madera y no salir de ahí en todo el día. Su dueña estaba un tanto preocupada, pues cuando era un perro bebé , a Pepe le encantaba caminar por la playa y hacerse amigo de los otros perros, mas ya no. Se quedaba prácticamente todo el día a la sombra de su casa de madera, donde dormía, comía, y tomaba ni más ni menos que… ¡¡Coca Cola Zero!!
La culpa de que tomase refrescos en lugar de agua… era de Karmy, la perra cocker de la vecina. Era la única amiga de Pepe. A ella le encantaba tomar gaseosas bajas en azúcar. Era una perra que cuidaba mucho su aspecto y un tanto presumida y orgullosa asimismo.
Una noche, Karmy fue a visitar a su amigo Pepe y le ladró:
—¡Hola amigo Pepe! ¿Te puedo decir una cosa sin que te moleste?—
— ¡¡¡Holaaaaaaaa Karmy!!!— Pepe se alegró mucho por el hecho de que era la única amiga que tenía.
—Pues… creo que deberías dejar de tomar tanta Cola o bien salir más a caminar!—
—¡¡¡Mas si fuiste la que me la dio de tomar la primera vez!!!— le respondió malamente Pepe. —¡¡¡VETE DE MI CASA PERRITA PRESUMIDA!!!— le chilló.
Y la pobre Karmy, entristecida se fue y no volvió a visitar a Pepe jamás más…
En ese instante el pastor alemán se arrepintió de como había tratado a su amiga:
—Lo siento mucho perrita—, pensó Pepe. —Creí que te reías de mí por no salir a caminar jamás y ser un cachorro grandecito…— Mas siendo un enorme cánido pastor alemán, su orgullo le impidió decirle a Karmy que lo sentía mucho y que fuesen de nuevo amigos . Y de este modo, el pobre Pepe se quedó triste tomando su Coca Cola, pensando en Karmy