El príncipe convertido en rana

Articulo de Cuentos de Hadas sobre El príncipe convertido en rana

El príncipe convertido en rana

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Alguna vez, hubo un conocido rey que tuvo múltiples hijas y todas y cada una muy hermosas. Una de las hijas era en su trato muy singular, conseguía con su afabilidad que quienes la rodeaban se sientan felices a su lado.
Mas una mañana de candente sol, la hija benevolente del rey fue a jugar cerca de un pozo con una joya valiosísima, solo que jamás imagino que esta se le cayese en el profundo pozo de agua hasta perderla. La joven lloraba desconsoladamente por su joya preferida, de súbito oyó una voz y al voltear pudo ver que era una rana la que le dijo:
-“No llores pequeña, puedo asistirte a recobrar tu piedra bella a cambio de algo”.
-“Claro, pídeme cuanto quieras mas saca mi joya por favor, te voy a dar lo que tu desees tras entregármela”.
Afirmó segurísima la joven a la rana quien aprovechando la ocasión, le afirmó que era preciso que asimismo admitiera que el viva con ella en palacio y ella con mucha ligereza respondió:
-“Por supuesto que si, solo apúrate”
En eso la rana muy taimada, que hace rato tenía la piedra hermosa, se la entrego, y en el acto zas!! se fue corriendo a palacio olvidando evidentemente su promesa. Mas esa noche la rana apareció en su ventana y golpeaba tan fuerte que el Rey sorprendido pregunto:
-“Que sucede, ¿quien golpea de este modo tu ventana hija?
-“Padre, hice una promesa a la rana mas no deseo que entre a palacio, ¡¡es tan fea y repugnante!!
-“Pero hija, cuando se promete algo estas dando tu palabra, eso es lo más esencial. Vas a deber cumplir con la rana como quedaste, y salio de la habitación.
La princesa se quedo pensando y . . .dejo que la rana entrase a la habitación, mas de forma inmediata la tiro al suelo, transformándose la rana en un hermoso príncipe. Al contarle el su historia, la joven quedo muy enamorada del joven, quien era un precioso príncipe. Pasaron los días y el rey admito que se casase su hija y fueron muy felices por siempre.

“Niños, cuando se hace una promesa hay que cumplir con lo prometido, de ahí que es mejor meditar bien ya antes de decir las cosas”.